Retratos a Domicilio
ARTISTAS DE ANDAR POR CASA
Siquieres sentirte como Lorenzo de Médici, Dibujoa Domicilio te brinda la oportunidad de recuperar la noble tradición deñ retrato en casa.
Por Sergio C. Fanjul . Ilustraciones: Dibujo A Domicilio
Las 19:30 de un día laborable y suena el timbre en casa. ¿Quién es? Dibujo a domicilio... Al abrir la puerta aparecen los cinco sonrientes artistas que han venido a retratarnos, una chica y cuatro chicos, pertrechados con su material de trabajo. Los hacemos pasar al salón, hacemos las presentaciones, “poneos cómodos, si podéis”. La verdad es que hay que sacar alguna silla de más para acomodarlos en la algo escasa estancia (los alquileres en el centro de Madrid no son baratos). Y no todos los días, más bien ninguno, se celebra a uí una sesión de retrato.
Lo primero servir vasos de cerveza para todos y cumplir con una tradición no escrita que tiene este grupo de dibujantes: el brindis. Luego acomodarse, ¿dónde me pongo? “Donde te apetezca, en un rincón en el que te sientas a gusto”, explican. Elegimos el escritorio y comenzamos. Uno de ellos, Ron, hace una cuenta a atrás y enciende un reloj electrónico que dará su alarma dentro de quince minutos. En ese tiempo, lo dibujantes harán el primer retrato de la tarde. “Fija la mirada en un lugar, a poder ser no muy luminoso, para que la viste no se canse”, recita Ron como un mantra que ya ha repetido muchas veces.
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ejemplar impreso, abierto en P. 20 |
Esta gente que en vez de pizza o comida china o la compra de la semana, lleva el arte de casa en casa, son parte del grupo Dibujo a Domicilio, que tiene ocho miembros en total. Uno se pone en contacto con ellos a través de su pagina web (http://dibujoadomicilio.blogspot.com.es/) y concierta una cita, a ser posible un martes por la tarde, aunque son flexibles en otras coordenadas. Y entonces se plantan en tu casa, gratuitamente, en cualquier lugar accesible por transporte público de la ciudad, y te hacen retratos durante un par de horas: concretamente cinco retratos de un cuarto de hora cada una, cuidadosamente cronometrados.
La verdad, resulta extraño tener a cinco desconocidos muy concentrados en el salón de casa, escrutando cada una de tus facciones para plasmarlas en el papel, como si el entrevistado fuera uno mismo y no los dibujantes. Y lo más raro mantener una conversación quieto como una estatua. Pero es posible. ¿Cómo empezasteis con esto? Responde Daniela, cerebro de la operación, chilena de nacimiento pero criada en Venezuela, más atenta a lo que está dibujando que a la charla: “Ganas de dibujar, los modelos profesionales cuestan dinero y dibujas muchas veces al mismo modelo... Decidí ir con un par de compañeros a dibujar a casa de unos amigos. Como ves, en el fondo es una idea muy simple, que se ha vestido de constancia, se la ha dado un nombre y se ha poblado de visitas”.
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corrección de maqueta, con indicación de fechador. |
Ahora ya llevan un año y unos meses y esta es la sesión número 58. ¿Qué gana uno con ofrecer su casa a estos artistas nómadas? Pues, aparte de una curiosa experiencia que contar luego en el bar, uno tiene acceso a las imágenes digitales en baja resolución, que cuelgan en su blog y en su perfil de Facebook. Luego, si existe interés por algún retrato, se puede comprar la obra original o una impresión digital de alta calidad: “Cuando quieres un dibujo te damos la libertad para que contactes con el dibujante de tu preferencia y negocies, dependiendo del dibujo tendrá un precio u otro”, explica Daniela, “te damos unos precios orientativos para que te acerques al dibujante con respeto a su trabajo. Entre 5 y 15 euros... Si el artista te lo quiere regalar, pues te lo regala, eso depende de cada uno y de las sensaciones que tenga con la persona”.
No se ganan la vida con esto, pero sí un dinerito extra. Tienen formación artística (licenciados en Bellas Artes, animadores“), pero no todos trabajan en asuntos rela-cionados con el arte. La crisis aprieta. Cuando suena la alarma (alguno se toma algunos segundos de más, otros han terminado el retrato algún minuto antes, a alguno, incluso, le ha dado tiempo a hacer dos dibujos) te muestran el resultado todos a un tiempo.
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primera pose. |
Es curioso: al estar sentados alrededor, en semicircunferencia, salen vistas desde varios ángulos, como en un extraño efecto de 3D. Cada uno tiene su estilo y usa materiales diferentes: carboncillo, lápiz, rotulador, hojas grandes o pequeñas libretas, el resultado es variado y heterogéneo. Para los próximos retratos probaremos la cocina, el sofá, acompañados de peluches o acariciando-nos la barbilla. Todo vale. “Tú dinos lo que quieres”, dice Alfonso, “somos dibujantes: podemos quitar barrigas 0 ponerte más guapo. Hacer realidad tus sueños”. El traba-jo no acaba aquí: “Luego las retocamos, las manipulamos en casa, les ponemos color, alguna sensación que puedas añadir luego a como hayas sentido la experiencia”, continúa Alfonso, “otras muchas las tiramos directamente”.
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una pose sonriente, para no salir tan serio |
Cuando avanza la sesión la conversación fluye engrasada, quién sabe si por el amor al arte o por el amor a la cerveza. En los descansos, fumamos un cigarrillo. Estos artistas han visto muchas cosas. Hay gente que posa desnuda, “es poca”, dice Ron, “pero agradecemos cada vez que encontramos algún valiente”. Otra gente se pone ner-viosa. En una ocasión se metieron ocho dibujantes en un baño: “una pareja de dos chicos quería que les dibujaramos en la bañera, con el agua y el jabón, incluso se metió el perro”, explica Iván. Ahora Daniela vive en esa casa, en la que alquilaban habitación, pues muchas veces traban amistad con los retratados. A veces les contratan para dibujar saraos de alta alcurnia que se celebran en lujosos chalets. “En una ocasión se celebraba un cóctel en una mansión de las afueras, la organizadora quería sorprender a los participantes y nos llamó para hacer retratos, cada uno desde una pared”, explica Iván. O en otro tipo de eventos culturales, como unas conferencias sobre cómic en el Instituto Cervantes. Y, por supuesto, son buenos conocedores de la situación inmobiliaria madrileña:
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Sergio y Esther, posando vestidos. |
“Hay de todo, hay gente que tiene casas increíbles y otras no tanto, que son como las nuestras”, dice Ron, “pero lo que predomina es el estilo Ikea al que cada uno le saca el partido cómo puede, ya que la mayoría de la gente que nos llama es como nosotros: gente joven con un poder adquisitivo medio”. Javi lleva toda la tarde enfrascado en el dibujo sin soltar casi palabra. Al final, cuando la sesión se ha convertido en una agradable charleta, habla un poco de videojuegos, que parecen ser su rollo. Tras el quinto de la tarde, que ya es noche, se acaba la sesión. Estos cinco tipos no parecen ya unos desconoci-dos: nos han contado su vida, pero nosotros también la nuestra a ellos. Se alejan por el pasillo con el dibujo a otra parte, dando las gracias: en unos días veremos los resulta-dos definitivos, 25 retratos en total. Uno también puede enviar su testimonio escrito para su web. Quién sabe, tal vez les llamemos otro día y nos atrevamos desnudos.