Lo más pequeño es a veces lo más grande: Marcela no es muy alta,
pero está exultante por la posibilidad de la concesión de una beca, e
irradia un optimismo contagioso que nos envuelve desde el primer momento
como una luz que llegara a todos los rincones. En seguida nos pone de
buen humor, buscando sus caballitos por los estantes con su discreta vitalidad. Su casa tampoco es
muy grande, pero es espaciosa, luminosa y acogedora, que es lo más
grande que puede se puede decir de una casa. Para colmo de la
contradicción, Negri, la mínima cachorra de chihuahua, es la protagonista indiscutible de la velada.
¿Cómo hace lo pequeño para ser tan grande? la respuesta inevitable nos la sugiere el tequila pasa por nuestra garganta gracias a la hospitalidad de nuestra anfitriona. Es la concentración de lo más notable de nosotros mismos lo que nos hace ser grandes. Marcela es, sin duda, enorme. Tan grande, que podríamos llenar con ella cuadernos y cuadernos.
¿Cómo hace lo pequeño para ser tan grande? la respuesta inevitable nos la sugiere el tequila pasa por nuestra garganta gracias a la hospitalidad de nuestra anfitriona. Es la concentración de lo más notable de nosotros mismos lo que nos hace ser grandes. Marcela es, sin duda, enorme. Tan grande, que podríamos llenar con ella cuadernos y cuadernos.
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