Otavio y Adriana nos esperan en un bajo, pero nos reciben desde las alturas de su propia fisonomía. Él acaba de llegar de viaje, y casi no han tenido tiempo ni de darse el beso del reecuentro después de varios meses. Por eso agradecemos especialmente la acogida que nos brindan, con la curiosidad efervescente de Otavio y la dulzura natural de Adriana como punto de partida.
Ellos nos conocieron por medio de nuestra participación en TEDx Cibeles, y por eso les corresponde un dibujo realizado en común entre todos los dibujantes. Disfrutamos de unir nuestras líneas en un solo papel, porque en ese juego de mimetismo de estilos siempre conocemos un poco más a nuestros compañeros, y nos conocemos un poco más a nostros mismos.
Vamos también conociendo a nuestros anfitriones, que se abrazan para
nosotros, y nos muestran su lado cosmopolita luciendo su afición al ciclismo urbano (ay, Madrid, cuándo serás europea en esto...) antes de caer, uno víctima del JetLag, la otra acompañante de sus sueños, dormidos en la cama.
Pero la pose especial, la que nos llega al corazón y nos conquista, es ese beso largo (¡de quince minutos!) que para ellos es el deseado reencuentro de los labios que se extrañan. Y para nosotros, al integrarnos en su intimidad, es también un reecuentro con Klimt, con Hayez, y con el Pedro Salinas que, como nosotros ahora, besaba un beso.
Dibujo en conjunto promo TEDX Cibeles 2013 |
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