A veces hay que elegir, y para alguien que ama la ópera, decir que no a Plácido Domingo es decir un no difícil. Pero posar para Dibujo a Domicilio tampoco es poca cosa, y además El señor Domingo ya está mucho mejor, aunque también faltara a su cita, por motivos de salud.
Nosotros nos alegramos de la elección de Blanca, y pensamos que ella también, porque desde la primera pose en el sofá se va viniendo arriba, literalmente. Encima de una escalera (ay, quién pudiera como Blanca encajar las caderas en el último peldaño de una escalera de mano), o incluso en una silla hábilmente colocada sobre la mesa.
Toda la sesión se desarrolla en un salón amplio, de techos altos y separado de un jardín umbrío e íntimo. Desde la arquitectura del lugar a las ropas de la pose, cada vez más blancas, pasando por el exquisito vino y, por supuesto, la modelo, todo resulta elegante, pero sin afectación. Seguramente es por eso que cuando Arnt vuelve de la ópera y le enseñamos los frutos de nuestro encuentro podemos dejar libre nuestra naturaleza mas infantil (mira, mira lo que hemos hecho), por nada hay más elegante que dejar libre el entusiasmo. En el fondo, seguro que Arnt se pregunta si, después de todo, no habría sido mejor quedarse en casa.
No, no lo habría sido. Porque estaremos encantados de recibir su llamada para poderle dibujar a él.
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